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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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16-05-2018

Las ofensivas mediáticas de la generación “al pedo”.

 

 

 

SURda

Notas

Opinión

c.e.r

 

"La misión permanente de estas “patrullas avanzadas” de la reacción es denigrar “la revolución” o sea las posibilidades de que los “odiados tupamaros” re-encarnen o se renueven con sus ideales colectivos de justicia social en las nuevas generaciones y puedan convertirse en un eventual peligro que amenace sus viejas estabilidades. Particularmente que tomen el camino de la violencia nuevamente. La revolución social es el anatema."

 

Toda una serie de “intelectuales”, provenientes del periodismo en su mayor parte (y sin formación académica alguna) en los últimos tiempos se han dedicado a denigrar a los Tupamaros.

Todos ellos tienen un denominador común: crecieron durante la Tiranía, en los “años de plomo”, maduros señores ahora y, con espacios en los medios, se ganan la pitanza en los medios burgueses de la prensa, la radio y la televisión.

Están -en gran parte de su actividad periodística última- dedicados a investigar, criticar y encarnizarse con los tupamaros. En esta actividad que parece “objetiva” y que es financiada y sostenida por los propietarios de esos conglomerados mediáticos se pasa por alto siempre que sus instigadores y financiadores pertenecen en la inmensa mayoría de los casos a la rancia “pata civil” que antes, alentó a los militares en su proyectado golpe de estado, difundió con alborozo los comunicados falsos de sus crímenes que tenían por tapadera supuestas “fugas”, “enfrentamientos” y “actividades delictivas” que fraguaban los mandamases militares para tapar los múltiples asesinatos que cometieron y que aún hoy siguen sin aclararse.

Otra parte de la pata civil, se dedicaban entre sus múltiples actividades a la función de asesorarlos en las leyes, decretos y otras actividades que precisaban de su concurso legal o financiero. Esos personajes que tenían sus actividades estrictamente civiles en las diferentes “cámaras” (de Industria, Comercio y un largo etcétera) de la burguesía nacional donde fungían como miembros plenos u asesores específicos, centraban su actividad profesional en ciertos estudios jurídicos-financieros ligados a las actividad de aconsejar como eludir impuestos, fugar capitales, refugiarlos en los “paraísos fiscales” y, de paso –y como reaseguro- militar activamente también, en los directorios de los medios de comunicación donde eran accionistas.

En resumen un circuito cerrado “de la joda” tradicional de la raquítica burguesía criolla. Los requisitos para integrar el círculo eran: una sólida posición económica (mucho “ vento” en el bolsillo y ambiciones de aumentarlos), un conservadurismo consecuente (y con varios años de prueba) en los principales partidos burgueses (blancos y colorados), un catolicismo ultramontano de los más rancio y, una deliberada preferencia por los fascismos modernos, particularmente el modelo español de Francisco Franco, donde la mayoría de ellos buscaban sus referencias ideológicas principales.

Los periodistas y publicistas que hemos denominado “la generación al pedo” son los amanuenses, los instrumentos, de toda esta falange de caballeros, de los cuales reciben empleo y sueldo, cumpliendo con la formalidad de ser “la sangre joven” que renueva y cambia los nombres de la mayoría de ellos que -por “impresentables”- no pueden figurar públicamente sin que se investigue su pasado político e ideológico y, entonces, tome luz pública que sórdidos pasados representan. Lacalle Herrera y su librito primero donde se extasiaba comentando su entrevista con “el caudillo” Franco, es un vivo ejemplo de estos fascistas, otrora, juveniles.

Así, la “vieja guardia” del conservadurismo criollo, ejerce la función de ser el “poder real detrás de las bambalinas” y los nuevos intelectuales-amanuenses, la necesaria “sangre joven” que sigue tratando de influir en la opinión pública para mantener los valores “tradicionales” de siempre, léase la Familia, la Propiedad Privada, el Mercado y la Libertad de Empresa.

La misión permanente de estas “patrullas avanzadas” de la reacción es denigrar “la revolución” o sea las posibilidades de que los “odiados tupamaros” re-encarnen o se renueven con sus ideales colectivos de justicia social en las nuevas generaciones y puedan convertirse en un eventual peligro que amenace sus viejas estabilidades. Particularmente que tomen el camino de la violencia nuevamente. La revolución social es el anatema.

Para llevar adelante esos ideales, tienen que sortear varias dificultades.

La primera de ellas es, alternativamente, elevar y hacer el panegírico de ciertos antiguos jefes guerrilleros “arrepentidos”. El Sr. José “Pepe” Mujica fue en su momento el principal caballito de batalla, el mascarón de proa del proyecto. Había que promoverlo, poniendo el acento en sus supuestas cualidades: la pobreza material, el renunciamiento al consumismo, su “fusca” decrépito, sus pretensiones de filósofo práctico, vernáculo (y macaneador). Por el otro el repudio a sus antiguas pasiones guerrilleras, de las cuales el interesado era el principal vocero. Pero “eso” había que hacerlo público, extenderlo y, asegurar su difusión.

Mujica no era el único, ni siquiera el principal objeto de sus desvelos. Había también otros, hombres y mujeres. Algunos nombres claros ayudarán a ilustrar lo que decimos, de lo demás tendrá que hacerse cargo el lector interesado por si mismo, apelando a sus recuerdos recientes y, en el caso que lo necesite, corroborarlo con los archivos periodísticos, o los televisivos que lo pueden encontrar en Internet.

Vayamos a los nombres: la Sra esposa del antiguo mandatario: la “Tronca” Topolansky, el difunto Eleuterio Fernandez Huidobro, más conocido por el “Ñato”; “Marmolito” Marenales (la oveja negra del rebaño), el “ruso” Rosencof y, varias otras figuras menores y epígonos: el antiguo ministro de defensa el “ratón” Rosadilla, ciertos arrepentidos anteriores como los antiguos “renunciantes”, descollantes en el caso de marras, el difunto “Turco” Kemal Amir (colorado) y el “Bazuca” Alemagny (vuelto a ser blanco), así como otros varios.

Todos estos personajes fueron objeto asiduo de la atención de los medios de comunicación. Para ellos había entrevistas, invitaciones a mesas redondas y paneles, cámaras que los registraban en sus múltiples actividades, invitaciones a congresos y ágapes, mención acrítica en multitud de libros, donde eran los entrevistados principales y repetidos. Hasta cronistas excepcionales de ciertos sucesos llegaron a ser, sin que sus intervenciones, memorias y recuerdos fueran sometidos al escrutinio crítico elemental a que se someten todo tipo de supuestos testimonios.

No fue “la intelectualidad” como genéricamente quiere hacer creer Leonardo Haberkorn en un reciente artículo publicado en “Posta” (1) . La “intelectualidad” vernácula en general –y más si es crítica- no tienen lugar en los grandes medios de comunicación.

Todos los personajes criticados hoy día, al otro día de su liberación, en 1985, fueron ensalzados, elevados, propagandeados por los grandes medios de comunicación. Son –lo hemos señalado en otros artículos ,y desde hace mucho tiempo- sus “creaturas”.

El sistema los necesitaba. El sistema y particularmente los verdaderos dueños de los grandes medios de comunicación fueron el pedestal mediático, desde el cual se elevaron sobre sus antiguos compañeros. A la inmensa mayoría se les silenciaba, sus críticas no eran oídas, no tenían prensa, ni invitación a exponer sus puntos de vista. La particular versión “del héroe individual” (Carlyle fue su promotor en el mundo occidental) cara a toda la burguesía, era el modelo repetido hasta el hartazgo. Se los convirtió en modelos a imitar, oráculos a escuchar atentamente, testigos preeminentes y privilegiados, en resumen testimonios auténticos y únicos. Los mejores tupamaros eran los jefes arrepentidos, los réprobos, los quebrados en la cárcel y a través de la tortura, donde los habían convertido en lamebotas de sus verdugos.

Para esto había que silenciar muchas cosas y ocultar cuidadosamente otras. Vamos a algunos ejemplos buenos como “botón de muestra”.

Nunca hubo investigación sobre la que sucedió el 14 de Abril, en la calle Amazonas. Nunca hubo pericia que confrontara los planos originarios y las aberturas de la citada casa donde fueron asesinados sus propietarios, aunque el Sr. Eleuterio Fernández y el Sr. David Cámpora fueron capturados y fueron los únicos sobrevivientes. Hasta el día de hoy sobre ese –como muchos otros episodios- se resienten de que no exista una investigación criminal concienzuda. Un muro de calle, que la fotografía muestra, una puerta de entrada, la corroboración de si la escalera que conducía a las habitaciones y al baño superior coinciden, como para que por ella se deslizaran las balas calibre 30 (que no eran “la artillería” que disparaban los soldados, exageración que no ha sido nunca desmentida). Todo eso pudo ser indagado, pero jamás se hizo. Esta vigente la interpretación de los dos sobrevivientes, sin que las múltiples contradicciones y cabos sueltos del episodio merecieran un estudio crítico, una investigación concienzuda. ¿Había un terreno a los fondos (o sea la casa tenia doble entrada )? ¿Hubo cierto vehículo baleado y retirado después? ¿Llegaron a esa casa los detenidos o moraban en ella desde…cuanto tiempo, realmente?

Que los grandes medios de comunicación mancomunados rehusaran investigar estos sucesos, aunque hoy día una parte de la “generación al pedo”, tratara poco más o menos que “de mentiroso contumaz y serial” al Sr. Eleuterio Fernández nos ha dicho a la mayoría, a los demás, mucho. Nos dice que para ciertos “guerrilleros jefes y….arrepentidos” hay “coronita”. Se les exime de investigación. La organización a la que pertenecieron también, allí un jefe “tapo” las cacas del otro y, entre todos, se autoperdonaron sus múltiples fechorías.

Se les sigue manteniendo en el lugar de oráculos principales. Cuando todo apunta que la verdad no está en ciertas leyendas establecidas.

¿Y “el sistema”, no tiene nada que ver con eso? ¿O vamos ahora a identificar “el sistema” con “el mercado” esa supuesta entelequia que no se compone de hombres de carne y hueso concretos, con nombre y hasta con apellidos?

¿Y esto, de quién es obra, de la “intelectualidad” o de los grandes medios y sus amanuenses? Un largo hilo conductor que empieza en los “directorios” que son los reales propietarios de los medios, que sigue –en escala descendente- con los “redactores”, “anclas” y mandamases redaccionales y se continúa hasta el peldaño inferior: los periodistas a los que no se les estimula para que investiguen.

Y a todo eso hay que sumarle, las “conexiones” y hasta las “amistades”. ¿Cuánto hace que cierto “dramaturgo” goza de la benevolencia de ciertos amigos ocasionales que lo ensalzan porque antes tuvo cierto poder relativo a nivel cultural y comunal? Es “vox populi” entre la militancia tupamara (y hasta la comunista) que el dramaturgo de marras fue en vulgar delator, hubo damnificados que le negaron el saludo porque le señalaron que los había “delatado”. Pero “el hombre” está allí, con su viejo cartel de “rehén” a cuestas, sin que los otros episodios que lo manchan tomen estado público. Es…incombustible!!! Ni que recorriera los espineles del exilio, obteniendo “ayudas económicas” que se embolsaba particularmente y a la callada, esa feísima conducta personal, logra llegar al conocimiento del ciudadano de a pie.

Los que contribuyeron a sus “mentas”, “ascensos” y “elevaciones”, los que los propulsaron a las “carreras políticas” que algunos de ellos después hicieron, fueron los mismos medios burgueses y culminaron la “hazaña” con el actual comandante en jefe del ejército, un reaccionario conservador de larga data, proveniente de una familia de lo más rancio del conservadurismo nacional y riverista, haciendo el panegírico póstumo de un ministro fenecido en la etapa final de su decadencia de alcohólico contumaz, mientras que otros (sus alcahuetes personales) deslizaban en el cajón una botella del maldito menjunje con que “el difunto” se envenenaba personalmente.

Esa mezcla de sinsentidos ridículos es el “sistema” del capitalismo dependiente uruguayo, con su cuerpo de oficiales superiores envilecidos en la tortura de lo mejor que pudo producir el país, de los más generosos de sus hijos, hombres y mujeres.

Todo esto, tiene su culminación, su verdadera cúspide, en la plana mayor política, del “progresismo” gobernante. Para ocupar “el gobierno” en el “ sistema” hay que pactar. Y el pacto consiste en mantener y –en lo posible- solidificar “el sistema” . Allí está el Sr. Bonomi, el antiguo “Bicho” comprando entrenamiento a los israelíes y preparando oficiales en la represión, (eventualmente en las “eliminaciones selectivas” con finalidad “preventiva” que se aplicaran a su debido momento) cuando las circunstancias lo exijan.

Las ofensivas mediáticas de la “generación al pedo” debe verse en todo este contexto. Todos sus principales exponentes: Gabriel Pereyra , Leonardo Haberkorn , Adolfo Garcé y Walter Pernas , son los representantes principales de esta generación “al pedo”. Algunos: Haberkorn, Pernas, comenzaron con un periodismo investigador y desmitificaciones importantes para después inclinarse (enrolados u autoenrolados?) uno para la crítica intrascendente y menor y el otro para el periodismo lacayo del poder de turno (ver “Comandante Facundo”).

El tema merece un párrafo final. La historia como criminal de baja estofa de José “Pepe” Mujica, en sus inicios como “ciruja” y ladrón de flores y vamos a dar dos nombres (se nos trasmiten por teléfono, así que la ortografía puede registrar algún error, no intencional). Se trata de dos ciudadanos de origen (para colmo) japonés: Nauto Shiva y Mamoro Aura, pacíficos vecinos dedicados a sus artes de producir cartuchos que el “Pepe” les robaba por los fondos y a la noche, cada vez que andaba necesitando un peso para sus vicios.

Métase Haberkorn y el resto de los cofrades “de la generación al santo pedo” a investigar estos cachones que les ofrecemos gratuitamente y déjese de joder con los testimonios de lúmpenes, como el “Cateta” o, con músicos como Teflón y sus ignotos rocks que pergeñó como recuerdo de los pavores que experimentó en su niñez, por obra y gracia de las acciones terroristas con explosivos que suministraba la inteligencia militar a sus comandos civiles y fascistas que aterrorizaban a la población.

Vale c.e.r.

 

Notas:

(1) http://infoposta.com.ar/notas/9451/un-rockero-contra-los-tupamaros-y-la-dictadura/

 

 

 


 
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